Estando en una escuela de padres del colegio de mi hijo, una mamá comentó el hecho de que las pantallas (llámese ellas a las tabletas, televisión, celulares, computadora, videojuegos, etc.) son demasiado adictivas para los niños y jóvenes, y de ahí me surgieron las siguientes preguntas: ¿"Qué tienen ellas que llaman tanto la atención a los chicos y que crean tanta adicción"? ¿porqué mi hijo se apega tanto a las pantallas?
Empecé mi investigación y me di cuenta que el hecho no son las pantallas en sí, y ni siquiera es el
contenido mismo que ven los niños y jóvenes, sino lo que hay detrás de la búsqueda incesante por ellas.
Cuando un niño o un jóven busca un consuelo o un apego en las pantallas está demostrando una forma disfuncional de conectar consigo mismo y con su entorno. De allí que las prefiera como una forma de paliar ese deseo interno de encontrar una manera de relacionarse con el mundo que le produzca placer instantáneo y por ello recurre a las pantallas como una vía de evadir la realidad y relacionarse con su entorno de manera fácil y rápida sin tanto lío.
Entonces... si esto representa una forma disfuncional de conectar, ¿cómo le ayudo a mi hijo a desapegarse un poco de ellas y que conecte mejor conmigo y con su entorno? brindándole formas más eficaces de establecer contacto consigo mismo y con los demás.
Una buena forma es empezar por el ejemplo. Cuando como adulto me desconecto también de las pantallas y fomento un momento de tiempo especial con mi hijo como ir a comer un helado o practicar un deporte juntos, o ir a un parque a divertirnos un rato, ahí estoy ayudando a que él conecte de manera funcional con los demás y consigo mismo ayudando a que su confianza básica y su cimiento de la conexión se fortalezca.
Bríndale espacios de esparcimiento y juego en el que él se desconecte de las pantallas y salga a explorar su creatividad. Te aseguro que tendrás un momento de conexión real y así estarás ayudando a tu hijo a despertar su brillo interno.
No son los videojuegos ni el contenido que ven los niños y jóvenes lo que los llamen a centrarse en buscar las pantallas. Ni las pantallas en sí son malas. Hay recursos muy poderosos que pueden usarse con ellas para que los niños y jóvenes aprendan, se eduquen y se diviertan también. Recuerda, es lo que hay detrás de la búsqueda constante y su preferencia. Si prestamos atención a esa señal de alerta que ellos envían con esa necesidad irrefrenable de tecnología, podremos entender lo que hay detrás de ella.
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