Antes de contarles un poco sobre mi experiencia realizando mindfulness como remedio para la ansiedad y el estrés llevando a cabo esta práctica a diario y cómo he logrado controlar en mi estos dos componentes, quisiera comentarte acerca de qué es, porqué es tan importante ejercitarlo, cuáles son las implicaciones que se tienen para la salud tanto mental como física y cómo es que lo aplico para ayudarme a combatir y controlar mis síntomas cuando aparecen.
Qué es Mindfulness?
Es un método que consiste en la focalización de la atención en el momento presente, centrándonos básicamente en lo que está sucediendo “aquí y ahora”, aceptándolo sin más, sin intentar cambiar nada ni juzgar y concentrándonos en lo que sucede en nosotros y en nuestro alrededor dejando de lado el ruido y las distracciones.
Porqué es tan importante llevarla a cabo para conectar con nuestra esencia, con nosotros mismos y con los demás?
Porque lo que experimentamos al realizar mindfulness es una conexión muy estrecha con nuestro cuerpo, mente y emociones. Es por ello por lo que se convierte en una práctica imprescindible si en realidad deseas gestionar correctamente tus pensamientos, acciones y sensaciones en cualquier circunstancia.
Cuando la llevas a cabo empiezas a verte a ti mismo de otra manera, como si fueras un observador activo que ve todo cuanto acontece en ti y en tu entorno, de modo que te haces más consciente de lo que sientes y piensas, logrando un profundo estado de conciencia de lo que eres y lo que deseas para ti.
Qué implicaciones tiene para nuestra salud y bienestar?
Diversas investigaciones han comprobando que incluir en nuestra rutina diaria ejercicios de mindfulness trae muchos beneficios para nuestra salud física y mental ya que contribuye en el autocontrol, para el desarrollo de procesos de resiliencia y de los recursos de afrontamiento en personas enfermas, así como una mejora en nuestra salud, ya que es fundamental para reducir el estrés y la ansiedad al crearse una conexión mucho más fuerte entre la corteza prefrontal y la amígdala que son responsables de regular nuestros pensamientos y emociones, así como para mejorar los niveles de concentración y nuestra memoria, para descartar pensamientos intrusivos de los que comentamos en episodios anteriores y para la mejora del dolor físico en general.
Cómo practicarlo?
Para empezar a practicarlo debemos tener en cuenta los siguientes puntos que mencionaré a continuación:
1. Encuentra tu momento tranquilo del día: puede ser por la mañana justo después de despertarte, antes de acostarte al terminar la jornada, después de comer al medio día…
2. Escoge un ambiente o sitio relajado: libre de ruidos y/o distractores externos, con una temperatura adecuada y en el que nos sintamos a gusto: en tu cuarto, en la oficina, en un parque al aire libre, en el jardín…
3. Ponte ropa cómoda y colócate también en una postura cómoda. Puede ser sentado en una silla o postura sedente o acostado o postura yacente.
4. Céntrate en tu respiración: concéntrate en cómo el aire entre por tus fosas nasales hacia tus pulmones, cómo nutre de oxígeno todo tu cuerpo y cómo sale de nuevo por la nariz, llevándose con él todo lo malo y lo negativo. En cuanto tu mente se distraiga llévala de nuevo a la atención de tu respiración.
5. Deja que aparezcan libremente los pensamientos y emociones que vayan surgiendo: Es importante mantener una actitud neutral ante ellos, simplemente dejar que aparezcan y observarlos de manera natural.
Es importante resaltar que para llevarla a cabo de manera adecuada debes empezar a practicarlo de 10 a 20 minutos al día e ir ampliando el tiempo en la medida en que vayas adquiriendo la rutina hasta alcanzar los 30 minutos diarios. Otra cosa también para recalcar es que debes ser perseverante y constante y no dejar de lado la práctica si al principio no ves cambios tan notorios en ti. Recuerda, de pequeños pasos se sube la escalera. Ten paciencia y no desfallezcas en este camino.
Mi experiencia practicando mindfulness para el control de la ansiedad y el estrés.
Hace más de 4 años que empecé este caminar implementando mindfulness en mi diario vivir y les cuento que nunca me había sentido tan bien con ella.
Cuando empecé a experimentar ataques de pánico y ansiedad extrema debido a tanto estrés laboral que estaba presentando en esa época, pensé que me iba a morir. Estaba en un momento de mi vida donde sentía que no podía más y que debía haber una cura a todo lo que estaba presentando en mi. Pero no sabía cual.
Me sentía fatal. Tenía casi a diario muchos dolores de cabeza, dolor en el cuerpo, sudoración excesiva, temblores, presión arterial alta, taquicardias sin motivos aparentes, y me sentía casi la mayoría del tiempo con mucho temor e incertidumbre frente a la vida y mi situación laboral. Tomaba medicamentos naturales como Valeriana o Passiflora, pero nada me hacía bien. Pensaba... qué más puedo hacer?
Hasta que un día alguien me dijo que buscara acerca del mindfulness y empezara a practicarlo. Y fue la solución más efectiva a mi problema.
Empecé a ponerlo en práctica todos los días, unas veces en la mañana antes de irme a trabajar y otras veces en la noche antes de irme a dormir. Y la verdad fue mucho más efectivo que todos los remedios del mundo. Me sentía aliviada, tranquila, serena, conectada a mi misma y al entorno y me sentía súper relajada. Los síntomas antes descritos comenzaron a desaparecer lentamente y de a poco y a controlarlos cada vez más, siendo consciente del porqué aparecían y en qué momento lo hacía para así poder darle nombre a las emociones y sensaciones que experimentaba y entenderlas mejor desde una mirada más objetiva y realista.
Ahora que han pasado más de 4 años desde aquella vez, recomiendo a todo el mundo que padece ansiedad o estrés que utilicen mindfulness en su vida diaria. Yo tengo mi rutina y es algo que ya no puedo dejar. Es como cuando te acostumbras a algo y no puedes evitarlo... así sucede con ello. Cuando lo empiezas a implementar en tu vida y en tu propia sanación ya no puedes parar.
Te recomiendo que lo hagas. Verás que no te arrepentirás. La recompensa es una mejor calidad de vida en ti y en los que te rodean.
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